Cómo afecta al niño el enfado del adulto

¿Qué ocurre cuando nos enfadamos con los niños? ¿Cómo les llegan a los más pequeños nuestros enfados? A veces, los adultos nos enfadamos con los niños, puede que hayan hecho algo mal, puede ser que necesitemos corregir su conducta, o a veces simplemente tenemos un mal día y no tenemos paciencia, pero ¿Sirve para algo que nos enfademos con ellos? El enfado del adulto puede afectar al niño, a veces de modo negativo.

El cerebro emocional del niño

El cerebro del niño, no es igual que el cerebro del adulto. El cerebro del niño todavía no ha alcanzado la capacidad de razonamiento del adulto, es un cerebro emocional. El niño puede que no comprenda bien todo, pero emocionalmente lo vive. Tiene una experiencia emocional de lo que sucede a su alrededor que le deja una huella, por eso debemos prestar atención a cómo llegan las cosas a los niños y educarles en inteligencia emocional. Nuestras palabras, actitudes y emociones afectan al niño, a veces no podrá entenderlo racionalmente, pero emocionalmente estamos dejamos una huella importante.

¿Cómo afecta el enfado del adulto a los niños?

El enfado es una emoción natural, todos en algún momento nos enfadamos. Pero ¿Cómo entienden los niños el enfado del adulto? Los niños tienen un cerebro emocional, y el enfado de otras personas les provoca una vivencia emocional. Cuando un adulto se enfada con un niño, el niño tiene una experiencia sensible en relación al enfado:

  • El niño percibe el enfado del adulto.
  • El enfado tiene un efecto sobre el niño, porque el niño tiene temor ante ese enfado. Pero, no teme el enfado en sí, teme que le dejen de querer. El temor del niño cuando vive el enfado del adulto es el de perder el amor de sus figuras cercanas. Recordemos que el niño no puede hacer razonamientos elaborados, solo experimenta sensaciones. Este temor no será un temor consciente en muchos casos, pero sí será una verdadera vivencia emocional.
  • El niño reacciona ante esas sensaciones y el enfado del adulto, pero en la mayoría de las ocasiones no ha entendido nuestro enfado, no ha podido interiorizarlo.

Qué debemos hacer para evitar que nuestro enfado afecte a los niños

  • El primer paso es entender como es vivido el enfado por el niño, tomar consciencia de ello y tratar de modificar nuestras reacciones.
  • Es muy importante tratar de evitar enfados demasiado intensos que puedan dañar emocionalmente al niño. Dejar las normas claras nos ayudará a exponerlas sin enfados ni tensión.
  • Se trata de aplicar las normas sin enfadarnos.
  • En cualquier caso es normal que en determinadas ocasiones los adultos nos enfademos con los niños. Las emociones forman parte de las personas, el ser humano es un ser emocional y no puede separarse de sus emociones. Los niños han de aprender a convivir con las emociones desde un primer momento, con las propias y las de los demás.
  • Es esencial que aprendan a identificar estados emocionales, tanto propios como ajenos, que sean capaces de comprenderlos y de gestionarlos. Los niños deben comprender el enfado, para ello podemos explicarles porque estamos enfadados.
  • Si nos sobrepasamos con nuestros enfados puede que tengamos que pedir disculpas al niño y demostrarle nuestro afecto.

 

© 2017 Celia Rodríguez Ruiz Psicóloga y Pedagoga

 

 

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